Dejo en la mesa de luz los restos de mi insomnio y salgo a la calle a hallarme.
Transito a mi yugo diario, evitando los estiletazos de paraguas y las caras que me miran y no dicen nada.
Y estoy acá.
El mundo porteño se deshace en gotas grises intermitentes humedeciéndolo todo y yo estoy aca.
Ante todo y ante nada.
Y escucho a Gabo y te recuerdo, y la oficina es un caos.
Dejo en suspenso el Código y sus modificatorias. Dejo en suspenso los besos que te debería dar este fin de semana.
Te dejo prestado ese trozo de alma que me quedó de la vez pasada.
Confío en que sabrás que hacer con ella.
12.10.07
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